Ica: Usuario de Qali Warma ganó el Rally de Matemáticas

• Samir, el niño de Tierra Prometida, sueña con ser veterinario

En el asentamiento humano, denominado Tierra Prometida, por sus extensos desiertos y dunas, se abre paso la sonrisa del buen Samir Rafael Castillo Quispe, un niño de 11 años de edad que acude al sexto grado de primaria en la institución educativa Coprodeli, San Fernando. Él y otros 270 alumnos, de inicial y primaria, son usuarios del servicio que brinda el Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), y consumen los desayunos saludables antes de iniciar la jornada escolar.

Los 15 grados de temperatura, con los que amanece la zona ubicada en el sector de Comatrana en Ica, amerita un desayuno calientito preparado con los productos de Qali Warma de las manos de las mismas madres de familia, integrantes del Comité de Alimentación Escolar (CAE) del mencionado centro educativo. Esta importante contribución energética ha permitido que Samir logre una adecuada concentración a la hora del dictado de clases.

Su habilidad para el manejo de los números le valió el primer puesto en el concurso de matemáticas, dejando en alto el nombre de su escuela. Él asegura que le divierte jugar con los números y lo hace como uno de sus pasatiempos preferidos cuando ya no está en el colegio. Además, agradece la alimentación saludable y nutritiva que le brinda Qali Warma porque le ayuda a iniciar el día lleno de energía, con ganas de aprender, jugar y ayudar a sus compañeros.

Sus profesores reconocen en Samir a un líder innato, que ha sabido ganarse el respeto de sus compañeros cuando dirige la dinámica de formación. Sus buenas notas son el resultado de su constancia y preparación en casa; siendo responsable con las tareas sin dejar de lado el apoyo a su mamá, con los diferentes quehaceres del hogar y el cuidado de sus hermanitos, mientras ella sale a trabajar. Samir es un niño con muchos sueños de superación, pero tampoco es ajeno a las carencias de su entorno. Dice que, algún día le gustaría ver a la Tierra Prometida como una ciudad con agua, alcantarillado, con casas seguras y rompe muelles para cruzar las pistas sin peligros.

Observa a su barrio y le apena darse cuenta que –muchas veces- por la falta de recursos económicos los animalitos que cuidan las casas, cuando sus vecinos salen a trabajar, caen muy enfermos sin la posibilidad de acudir a un doctor. Esa situación lo conmueve. Por ello, es que en el futuro le gustaría ser un veterinario, para ayudar a las mascotas que tanta compañía hacen a las personas del lugar.

Samir, al igual que muchos de sus compañeros, vive en una casa que se ubica en el borde de los casi 8 kilómetros de la carretera a la playa de Carhuaz. Él cuenta una historia muy singular de esfuerzo y constante sacrificio, pero también de logros y recompensas que ha ido cosechando cada día a pesar de la adversidad.

mhraper1

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